El desayuno, como su nombre indica, es la primera comida del día tras el ayuno de la noche (des-ayuno).
Es decir, se trata de la rotura del ayuno nocturno.
De ahí su importancia, ya que para empezar bien el día necesitamos consumir alimentos que nos carguen de energía hasta la próxima comida.
Por ello, también es importante su composición, elegir bien los alimentos que comemos en el desayuno nos ayudará a afrontar el día con más energía y de una forma más saludable.
Al desayuno se le han asignado múltiples beneficios para la salud, uno ciertos y otros no tanto.
De momento, los más significativos y que se han podido comprobar científicamente son su efecto protector contra la obesidad, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2.